sábado, 16 de abril de 2011

El PSOE y la Iglesia

Raro es escuchar a un socialista ensalzar a la Iglesia. Más bien despotrican de ella y echarían a todos los sacerdotes y monjas a la hoguera. Sin embargo, estos socialistas rancios encubiertos detrás del simbolo de la paz, que se manifiestan en las cabalgatas gays y que luego se quejan de los “maricones” no se dan cuenta de que Iglesia y PSOE deberían jugar el mismo papel si nos atuviéramos a sus estatutos. 'Representantes' de los más desfavorecidos, los socialitas españoles maleducan a sus votantes para luego lucrarse de su análisis banal antiderechista cansino y utilizarlo en su favor (siempre hablo teniendo en mente a Pajín, Blanco, Chaves...). No quiere decir esto que sus artimañas les hagan ser los más aventajados cerebros ni que Estados Unidos quiera secuestrar a los Chacón, Zaparero o Griñán para dar clases en la Universidad de políticas de Columbia. Quiere decir que estas aves se alimentan de la inocencia de quienes los votan pensando en que así el dinero se repartirá con más bondad y justicia. Sin embargo, estas arpías que escalan hasta el poder para manejar con los hilos del presente el beneficio de su futuro, son capaces de traficar con los ERE o de dar a un Chavito la oportunidad de hacerse de oro premiando al rico y cercenando al pobre. Sin embargo, ahora en la declaración de la renta los adláteres de las siglas PSOE, que no del socialismo, se afanan en convencer a la gente de que obvien la casilla de la Iglesia católica. Así premian la labor de misioneros o de instituciones como Cáritas, que de verdad se arrodillan para limpiar los pies del prójimo con el único beneficio de la compasión. La maldita política ha hecho que desde décadas el socialismo de partido se aproveche del socialismo de calle en el que participan gente de todo pensamiento y han conseguido que una empresa política llamada PSOE manche de chapapote la bella palabra de socialismo

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