domingo, 19 de agosto de 2012

Entrevista cónsul de España en el sur de China





Entrevista:  Carlos Morales, primer cónsul de España en el sur de China (final de mandato de tres años).

Texto: Luis Parodi
Fotos: Jorge Conesa



Carlos Morales, en su oficina del consulado de Cantón















Morales: "El día que en España la educación tenga tanta importancia como el fútbol, empezaremos a cambiar"



El cónsul saliente de España en el sur de China considera "prioritario" que las autoridades españolas visiten el gigante asiático y que las líneas aéreas locales abran conexiones con Madrid para favorecer la inversión china.


Carlos Morales, primer cónsul de España en el sur de China, termina después de tres años con el reto de dar a luz el consulado de España en una demarcación que reúne siete provincias y en la que viven más personas que en todos los Estados Unidos. En 2009, Guangzhou, la capital de Cantón, sufría la operación de estética más importante de su historia reciente para albergar los Juegos Asiáticos del 2010. Las líneas de metro se ramificaban como lianas subterráneas hasta convertirse hoy en día en unas de las más modernas del mundo, a los edificios les lavaban la cara hasta que sus fachadas perdían el aspecto mugriento, las calzadas se reasfaltaban y las zonas financieras engullían a los laberínticos barrios mientras los rascacielos surgían como setas.

Morales tiene la sensación de haber vivido un cambio en Guangzhou más radical que los tres años que marca el tiempo de su estancia. Aun así, se va con la pena de ver cómo el asunto de los derechos humanos conserva la rancia esencia que palpó tras su aterrizaje o de que el Instituto Cervantes siga todavía en ciernes; asegura sentirse orgulloso de haber ayudado a decenas de empresarios españoles que, muchas veces, cegados por un oasis en donde se avista un negocio seguro se topan de bruces con un escenario repleto de trampas a las que sobreponerse: "Muchos no lo consiguen, pero otros, sí".
Desde que se creó el consulado, el número de españoles registrados en Cantón se ha triplicado y es que en el transvase migratorio entre China y España son más los últimos los que hacen las maletas.

"En China dejo amigos y sentimientos, pero me voy a México, a Latinoamérica, donde todo diplomático debe estar al menos una vez en la vida", asegura este cónsul de aspecto joven y lozano que no se muerde la lengua. Nos invita a sentarnos en el sofá en el que, como un psicólogo, escucha a diario a sus hijos, los empresarios españoles.





- Usted había visitado China antes de ser cónsul en varias ocasiones, ahora que se marcha, ¿la impresión que tenía ha cambiado mucho?
-Vine a China por primera vez en 1996, cuando vivía en Filipinas y por entonces China no era la potencia política y económica que es hoy. China seguía siendo en aquella época un país con un cierto desarrollo, un país más de Asia, como podía ser Indonesia o Tailandia. Pero en Filipinas me di cuenta del impacto cultural que los chinos tienen en esta parte del mundo. Luego me fui a Estados Unidos, regresé a España y retomé los asuntos asiáticos. Y de ahí volví a viajar a China. Me encontré con un país más desarrollado, más seguro de sí mismo, que empezaba a contar más en la esfera internacional y en estos últimos años el desarrollo de China ha sido velocísimo. Cuando llegué yo hace tres años para abrir el consulado, China era la cuarta economía del mundo y ahora es la segunda. Fue superando a un país detrás de otro hasta adelantar a Alemania y Japón. La China de mi infancia era comparable a lo que es actualmente Corea del Norte, nadie pensaba en China. La gran potencia en Asia era Japón. Ahora se concibe a China como a Japón en los años 80, como un imperio en alza.

- Algunos analistas han llegado a decir que China ha sido desposeída de su cultura debido a las convulsiones de este último siglo. ¿Comparte esa opinión?
-China tiene un sustrato cultural muy fuerte y uno de los rasgos más importantes de ser chino es precisamente su bagaje y todos sus componentes culturales. La cultura china se hace notar en toda Asia. En el sudeste asiático es fundamentalmente la combinación de dos grandes culturas, que son la china y la india. Hay países donde la cultura india es más fuerte, como Tailandia o Camboya y otros donde la china empuja más, como Vietnam. Evidentemente, en el siglo XX ha habido transformaciones dentro de China y ha sido terriblemente duro para ellos, brutal diría yo, pero hay un orgullo cultural muy grande en este país, no solo en los estamentos oficiales, sino a nivel general.

- Habrá escuchado esto ya antes, 'China es un capitalismo disfrazado de comunismo'...
-Es muy difícil definirlo, aunque la mayoría lo llama 'Capitalismo de estado'. En realidad es un capitalismo dickensiano del siglo XIX, capitalismo de los grandes emporios de la América de después de la guerra de secesión de Estados Unidos que derivaron en las grandes empresas del Nueva York o Chicago de 1870-80. Pero al mismo tiempo, teniendo en cuenta el sistema político y la importancia del partido comunista, la forma de hacer negocio aquí está muy condicionada, pero sí se le puede llamar capitalismo de estado.

- Qué tipo de inversión debe atraer más España de China: ¿I+D+I o compra de vivienda con concesión  de visados?
-España es un país muy atractivo para invertir, es un país con una fuerza productiva de un nivel educativo elevado, un país que ofrece muchas posibilidades, pero evidentemente el chino está en un momento de cierta cautela para ver de qué manera se resuelve toda la cuestión de la crisis. Los chinos, que son buenos comerciantes, ven que los precios del sector inmobiliario siguen bajando y cuanto más bajen y crean que tocan fondo, antes empezarán a comprar. Zonas como el centro de Madrid, Barcelona, Mallorca o Ibiza siguen teniendo las viviendas muy caras. Ya se han hecho con una serie de empresas en algunos países con mayores dificultades que España: es el caso de Grecia y Portugal. En España quizá no hayan comprado tanto porque somos un país con grandes empresas, grandes infraestructuras mucho más caras y con un valor añadido mayor y un mayor coste para ellos. En cuanto al tema inmobiliario, los chinos buscan calidad. La colonia de 200.000 chinos radicados en España está comprando propiedades, porque les surgen oportunidades y los precios fuera de las ciudades han bajado mucho. Todo esto está conectado con el tema de los visados. No debería ser complicado obtener un visado que les permitiera disfrutar de esas propiedades. Sé que hay intentos de que la ley permita una mayor flexibilidad en este ámbito y creo que es muy positivo que se haga así y que hay que promover la posibilidad de que los chinos, como los rusos, puedan comprar propiedades en España. El único problema es que los rusos están a cuatro horas de España y los chinos están a más de 12. Vuelos desde Rusia hay muchos y desde China hay muy pocos, la mayor parte de ellos concentrados en Pekín. No es solo el tema de visados, sino también las facilidades para volar a España. Si hubiera vuelos desde Shanghai o desde Guangzhou sería más fácil para estos chinos, que viven en zonas muy diversas del país. Pero claro, si tienen que hacer escala en Pekín, o en París o en Londres o en Amsterdam... pues es un poco más complicado.

- ¿Es esta una crítica hacia los gobernantes españoles que no son capaces de acercar ambos países?
Carlos Morales, en un momento de la entrevista
- No es una crítica, sino la realidad. España es un país fantástico, fácil de vender, que ofrece muchas posibilidades para quien quiera invertir, ir de vacaciones, divertirse, pero evidentemente hay que ponérselo más fácil a los chinos. Entonces, o bien se convence a las compañías aéreas españolas, que parece que han renunciado a Asia, o bien son las compañías aéreas asiáticas las que viajan aquí. Y la mayoría de ellas tiene otras prioridades. Si nosotros queremos que ellos vengan y compren, somos nosotros los que tenemos el problema. Durante mi estancia aquí he hablado varias veces con China Southern, que es la principal compañía aérea del país y sencillamente es una cuestión de oferta y demanda. Hay mucha más demanda para ir a comprar e invertir en propiedades a Australia y están abriendo un montón de líneas en Australia. Ahora acaban de abrir otra entre Guangzhou y Londres. Pero en los tres años que llevo aquí, salvo el antiguo ministro de Industria y el antiguo secretario de Estado de Turismo, no ha venido nadie más. Si no vienen altas autoridades a intentar convencer a la compañía aérea más importante del país, lo tenemos complicado, y así no vamos a atraer inversión, por ejemplo, de una de las provincias con mayor renta per cápita del país como es la de Cantón, que tiene 105 millones de habitantes.

- Si ellos invierten, ¿qué les ofrecería España a cambio? ¿Es verdad que el chino busca más el negocio que el sol o las playas?
-El chino busca negocio, pero busca también calidad de vida. Después de haber hecho mucho dinero de una forma rápida y siendo relativamente joven, busca un país que esté bien conectado, que tenga una gran calidad de vida. Al fin y al cabo, para un chino que viene a España, vivir en Inglaterra o hacerlo en Francia tampoco implica mucha diferencia, porque Europa es pequeña, cada país europeo es como una provincia china, pero está claro que si pueden disfrutar del sol, del clima y de la calidad de vida y del medio ambiente limpio y de la tranquilidad y seguridad que ofrecen las ciudades españolas, pues se van a establecer en España. Si sus hijos pueden acceder a buenos colegios privados bilingües, buenas universidades... pues no se lo van a pensar. En España tenemos universidades privadas que ofrecen eso y escuela de negocio que también lo ofrecen. Y esto que estoy comentando es algo que he oído de empresarios chinos. Sin embargo, falta una mayor difusión en China de todo esto. Aquí (por China) uno abre la prensa y ve todo tipo de colegios británicos, australianos... Toda esa  publicidad, todas las visitas de esos países aquí son innumerables. Pero visitas de autoridades españolas, la verdad, no hay muchas. Quizás vayan a Pekín, pero al sur, desde luego, no.

- ¿Estamos en desventaja con otros países de Europa por eso de que los españoles no hablan bien inglés?
-Cada vez hay más gente en España que habla Inglés y si no es así, ya va siendo hora.

- La educación en China, ¿está siguiendo el camino adecuado?
-Hay una cosa que admiro no solo de los chinos sino de todas las culturas asiáticas desde que vine aquí la primera vez en 1996. La educación es uno de los aspectos fundamentales de esta sociedad. La educación de los hijos es fundamental: la familia, el estado y la sociedad se vuelca en la educación. Desgraciadamente, eso no lo he visto en España. La obsesión por la formación y por el futuro de las nuevas generaciones en Corea, Japón o en China no existe en España, y no sé si en otros países de Europa existirá o no. Nos sacan una gran ventaja. El día que en España la educación tenga tanta importancia como el fútbol, quizá empezaremos a cambiar.

- Hay voces disidentes que critican la forma de educar en China, la manera de adoctrinar a los alumnos, la excesiva disciplina.
-Es un poco la mentalidad del país, no solo en China, sino en Asia. Hay una serie de valores que se acentúan, como es la disciplina, los valores sociales o el respeto a los superiores, bien sean profesores o padres. Funciona.

- ¿Dejará China de ser la fábrica del mundo? ¿Habrá una explosión de la burbuja inmobiliaria como se pronostica desde otros países?
- En este sentido soy bastante optimista. La prensa internacional es bastante prejuiciosa cuando habla de China. La antipatía hacia el sistema político de aquí es evidente, sobre todo desde la prensa anglosajona. El deseo de esta prensa es que la economía china fracase. Para determinados centros de poder económicos del mundo, Wall Street Journal Finalcial Times, representantes del capitalismo liberal... que un país oficialmente comunista funcione y que en los últimos 30 años haya obrado el mayor milagro económico de la historia es muy difícil de tragar. Sirenas anunciando el colapso de este sistema las he venido escuchando en los últimos 20 años. Todos los años China se va a desinflar y va a haber un colapso del sistema económico chino, sin embargo no lo hay. Por el contrario, todos los años India va a ser el gran poder, va a pasar a China... porque es una democracia. Pero no es así. India es un país más estimulante desde el punto de vista político, pero desde el punto de vista económico es un desastre. En el ámbito de infraestructuras, China y India no se pueden comparar, hay una diferencia no de años, sino de décadas. Dicho esto, hay un desplazamiento en el mundo de las manufacturas, yo diría que no tanto hacia otros países, que también, sino hacia otras zonas de China. China es muy grande con muchos grados de desarrollo. En esta provincia, en Cantón, se ve muy claro. En el Delta del Río Perla, las fábricas de mano de obra barata e intensivas en trabajo se están desplazando a provincias del interior como Hunan. China seguirá siendo durante muchos años un centro de manufacturas, pero un centro de manufacturas de un mayor nivel. Las manufacturas más baratas se producirán en Bangladesh o en Sudamérica; en China, la zona costera subirá en valor añadido y el interior hará lo que hacía la costa hasta hace poco.
Sobre la burbuja inmobiliaria, venimos de un país con una de las mayores burbujas inmobiliarias de la historia. No creo que vaya a pasar lo de España, porque lo que pasó es tan ridículo que los dirigentes chinos, que son más listos que los españoles, no permitirán que suceda. Aquí han pinchado la burbuja o la están desinflando y todavía hay mucha capacidad de adquisición de vivienda. Más de 800 millones de personas viven en el campo... No es comparable a lo de España.

- ¿El mundo anglosajón tiene interés porque China deje de crecer?
-Cuando hablo del mundo anglosajón quiero decir el que controla los grandes medios de comunicación y agencias de noticias y desde el que todos los demás obtenemos la información con una falta de objetividad plausible. Evidentemente el mundo anglosajón es mucho más abierto que el chino en la difusión de noticias, pero dicho esto, no significa que las noticias que salen del mundo anglosajón sean inocentes o neutrales. Porque desde el mismo momento que uno elige priorizar una noticia sobre otra o poner de manifiesto una matanza en Irak sobre otra en Nigeria, ya está censurando. ¿Por qué una noticia de éxito económico en la India se magnifica mucho más que una noticia de éxito en China? Solo hay que ver cómo nuestro país ha sido brutalizado internacionalmente con la crisis. Estamos en una situación muy mala, pero noticias económicas malas surgen de muchos países, incluso el Reino Unido. Veremos a ver cómo trata la prensa anglosajona el futuro escándalo de Barclays, cuando han crucificado todos los bancos en España, cuando no todos los bancos en España están en quiebra.

- ¿Están Estados Unidos y China condenados a entenderse? Aparte de ser las dos economías principales del mundo, tienen también los dos aparatos militares más poderosos.
-Estados Unidos sí lo tiene, China, no. La primacía militar, política, cultural y económica de Estados Unidos no se puede comparar con la de China. Pensar en algo más sería una paranoia. EEUU sigue estando a años luz de China. El mundo no es bipolar, sigue siendo unipolar. China es un país que crece rápido y evidentemente está haciendo las cosas muy bien y económicamente EEUU y China están muy interrelacionados, pero si el sistema económico estadounidense desbarrara, se llevaría por delante a China. Al revés de lo que se piensa muchas veces, el eslabón fuerte en esta cadena es el americano. EEUU tiene todavía cuerda para rato.

- Los chinos que trabajan en el campo necesitan un pasaporte para entrar en las ciudades...
-El Hukou (sistema que establece una serie de beneficios sociales como sanidad, educación, etc para las personas que viven en las ciudades) es un tema interno chino. No me gusta, es un sistema de apartheid interno que les ha funcionado para evitar que las ciudades chinas se convirtieran en grandes metrópolis tercermundistas como hay en India, grandes cinturones de miseria que aquí no existen. Aquí ha habido una urbanización controlada. China, a pesar de ser un país de desarrollo medio, tiene a casi la mitad de la población viviendo en el campo. Eso genera muchísimas injusticias y un sistema de apartheid interno que con los años se intentará paliar, porque es una de las grandes fuentes de tensión social que tiene el país ahora y que va a incrementarse con los años.

- En China existe una mafia o sociedad en la sombra conocida como 'heishehuí' que implica los sobres rojos en la frontera, la obligación de llevarse bien con el Gobierno o el llamado 'guanxi', la corrupción... ¿Cambiará con el nuevo gobierno?
-Guanxi es un aspecto cultural, no solamente político. El guanxi es tener relación con un tipo de gente, hacer negocios, pero también pasa en España. Los negocios dependen del tipo de gente que conozcas, es exactamente así, tampoco hay mucha más diferencia, aunque en España el poder está mucho más fragmentado, descentralizado y al ser una democracia, cambia, pero hemos visto en todos estos años que han concluido con la crisis la connivencia que había entre muchos ayuntamientos y constructoras, empresas... De una forma también más chusca, pero el guanxi existe tal cual en nuestro país.

- Uno de los deberes de un cónsul es velar por las relaciones comerciales entre el país receptor y España, este tipo de 'guanxi' o corrupción, ¿hasta qué punto dificulta las relaciones comerciales?
-No creo que guanxi sea corrupción. Guanxi es relación y la corrupción es otra cosa y aunque este país llegara a ser una democracia como la danesa, el guanxi nunca dejaría de existir. Porque es un aspecto esencial de la cultura china. El chino siempre confiará más en un primo, en un cuñado, en el amigo del primo para hacer negocios, es así. Otra cosa es la corrupción, que se da cuando la transparencia en los negocios no es la ideal o cuando entran políticos a hacer y deshacer deliberadamente o cuando hay falta de oportunidades o existe falta de seguridad jurídica, etcétera. Eso es otra cosa y eso aquí existe en mayor medida que en otros países. Aun así, muchos empresarios españoles y extranjeros vienen aquí y se enfrentan con ello, lo sufren. Muchos de ellos fracasan y muchos de ellos salen adelante. Hay que ser muy conscientes de que la corrupción existe.

- ¿Animaría a los empresarios españoles a venir a China?
- Si se tiene algo de calidad, sí. Depende de lo que quieran vender. Este sigue siendo un gran mercado.

- ¿Y tenemos cosas que ofrecer aparte del aceite y el vino?
-Tenemos nuevas tecnologías, las energías renovables, pero evidentemente la brecha entre China y España en estas cuestiones es cada vez menor. Este país no es lo que era hace 15 años. Se está desarrollando muy rápido, con una clase empresarial extensísima, el chino medio suele ser muy trabajador y aprende muy rápido y cada vez necesitan menos los productos de occidente y los que necesitan son cada vez de más calidad y de más valor añadido. Si nosotros estamos en condiciones de ofrecerlo, yo animaría, de lo contrario... esto ya no es la panacea de hace 15 años.

Despacho del cónsul
- El chino busca la inversión extranjera, se empapa de los conocimientos de los países desarrollados para pasar a producir por su cuenta. ¿Es cierto?
-Eso lo hemos hecho todos. España absorbió gran parte de la producción extranjera en los años 80. Éramos la China de los años 80 después de entrar en la UE.

- Dice usted que los chinos son muy trabajadores, ¿qué le diría al presidente de Mercadona cuando dijo que los españoles deberían trabajar como los chinos?
-Es muy difícil trabajar como los chinos. Ellos tienen una ética del trabajo y es una ética que los españoles hemos tenido, sobre todo la generación de mis padres, la generación de la posguerra. Pero creo que alguien nos ha vendido en España en los últimos años que éramos un país rico y que el Estado iba a proveerlo todo. España es un país que funciona en la medida que la gente trabaja, se esfuerza y se organiza y sale adelante. No somos Australia, un país con 23 millones de habitantes que vive en una extensión como toda Europa y que tiene grandes depósitos  de uranio y hierro; ni lo somos, ni lo hemos sido, ni lo seremos nunca. Creo que la gente debe asumir más responsabilidades, deberes sin renunciar a sus derechos, pero conseguir un equilibrio entre ambos. Los chinos cada vez exigen más derechos: a tener un trabajo digno y unas condiciones dignas con jornadas laborales más reducidas, con más días de descanso y mayores salarios, vivir en mejores ciudades, ciudades más limpias, más oferta de ocio... La china actual no es la China de hace 20 años con ese sistema de esclavitud, pero sigue dependiendo mucho de las regiones. Pero en fin, no estaría de más aprender un poco de la ética del trabajo aquí, que no significa copiar, porque tenemos historias y antecedentes muy distintos.

- En los desiertos africanos, cuando el caminante comienza a sentir el golpe de la sed tiende a alucinar con oasis. Ahora que los españoles están atravesando ese desierto, ¿pueden ver en China ese oasis que en realidad no existe? 
-Esa es una imagen de 'El dorado' que se tiene sobre el mercado chino, y el mercado chino es muy complicado. Aquí hay que luchar cada vez más y lo saben los que están aquí. Cada vez hay más competencia, porque los chinos son cada vez más competitivos, muy listos y se mueven mejor en el comercio. Cada vez hay menos productos que no puedan ellos fabricar o mejorar y, por último, porque es un mercado con muchas trampas. No es un mercado fácil y hay problemas de seguridad jurídica, de arbitrariedad y eso es obvio, no es tan transparente como los mercados europeos o estadounidenses.

- ¿Ha vivido en primera persona experiencias con empresarios españoles?
-Lo vivo en primera persona todos los días. En este sofá se sientan a diario muchos empresarios. Este consulado es básicamente comercial. Toda la comunidad, el 80 % de los españoles asentados aquí, son pequeños empresarios, no son los grandes bufetes de abogados o las grandes empresas que tienen armas de todo tipo para enfrentarse a esto, sino los pequeños, que tienen grandes problemas para hacer entrar un contenedor, que se enfrentan a leyes volátiles, a normas que cambian sin preaviso, que sus socios chinos les estafan, que van a los tribunales y los jueces chinos siempre fallan en contra de ellos... Eso es continuo. Pero dicho todo esto, que no es El dorado, empresarios españoles siguen llegando, profesionales liberales como arquitectos o diseñadores siguen llegando y salen adelante, trabajando mucho. Que a lo mejor trabajan lo mismo en España y salen adelante, pues no lo sé, pero prefieren venir aquí, trabajar mucho y salir adelante.

- Hace cinco o diez años, los españoles no hubieran venido aquí sin cobrar nada, sin embargo, la situación está cambiando, ahora da la sensación de que son más los españoles que vienen aquí que los chinos que van a España.
-En los tres años que lleva abierto el consulado se ha triplicado el número de españoles que vienen aquí. Hay muchos estudiantes o recién licenciados que vienen a enseñar español o a buscarse la vida en lo que puedan. En cuanto a la inmigración de China a España, sigue habiendo muchísimos fujianeses que emigran a España, porque ya hay una colonia bastante importante y porque a los chinos en España les va muy bien.

- ¿Usted le diría a los españoles que se vengan con una venda en los ojos y que lo intenten en China?
-No le recomendaría a nadie que fuera a ningún sitio con la venda en los ojos.

- Pero, ¿les recomendaría China u otro país?
-No es fácil de responder. China es un país muy duro, por cuestiones culturales e idiomáticas y que además se está poniendo muy duro con el tema de la inmigración ilegal. Aunque eso va por provincias, quizá en el sur son más tolerantes que en Pekín. Si uno está interesado en la cultura china, si quiere aprender chino, me parece bien que venga aquí, pero lo ideal sería llegar con un contrato.

- La supuesta violación de un inglés a una china, ¿fue un montaje para controlar más a los extranjeros o sucedió realmente?
-No puedo opinar sobre eso, no lo sé.

- El cambio que se va a producir en el Politburó y los que se han venido produciendo en las administraciones provinciales, ¿tendrá efectos sobre el país?.
-No soy un experto en este ámbito. Lo he seguido durante muchos años, pero no estoy en Pekín. A lo mejor hay un cambio de estilo, pero en lo esencial no creo que haya cambios.

- En los tres años que ha estado en China, han cambiado cosas para bien, pero otras para mal.
-Cuando llegué aquí, pensaba que la situación de derechos humanos se iba a dulcificar, pero la represión sigue siendo la misma de siempre. Me sorprende que un gran país como China, con dirigentes tan inteligentes y brillantes, porque lo deben ser para dirigir este país, hagan tan mala política con los derechos humanos. Este es un país dividido, por un lado se busca tener una mayor proyección cultural y civilizada y por otro lado, el soft power (poder blando), pero hasta que no tenga una política de derechos humanos más suave, ese soft power no va a llegar a ninguna parte. Eso lo saben ellos perfectamente, pero están sometidos a enormes presiones internas. La falta de magnanimidad, la miseria moral y ética en el tratamiento de muchos casos, me sorprende y desilusiona enormemente. Pero hay aspectos muy estimulantes, como el de los blogs y el de ver cómo la sociedad, sobre todo la gente joven, piensa ya de manera distinta. Es una sociedad en ebullición, de las más interesantes del mundo, aunque desde occidente siempre se hable de China con muchos prejuicios. Aquí se está produciendo una de las revoluciones más importantes de la historia, quizá mucho más importante de lo que lo puedan ser todas las revoluciones árabes; una revolución mucho más asiática, más tranquila y moderada, pero que el día de mañana podría tener un mayor impacto en el conjunto de la humanidad.

- ¿En qué situación se encuentra España con respecto a China en el plano comercial? Siguen sin darle al jamón de pata la anuencia para entrar en el país libremente.
Primer plano del cónsul saliente
-España no tiene ninguna capacidad. Somos un país que tenía una cierto poder hace unos años, hace 5 o 7 años, cuando teníamos capacidad de interlocución política, dentro de la UE nos ha pasado lo mismo. Por otro lado, ya no se habla dentro de la UE de debates como el estatuto de la economía de mercado o, las mismas presidencias, han dejado de tener sentido. Ahora en Europa se celebran las cumbres entre la UE y China, que tienen una relevancia relativa y ese debilitamiento de la UE en China arrastra a España, que a su vez es un país muy debilitado dentro de la UE.

- ¿Y la firma de protocolos para dar permiso a la entrada de ciertos productos españoles?
-Será cuando a ellos les interese y si de verdad hay chinos que quieran importar el jamón con hueso, por ejemplo. Depende de sus intereses, sus razones tendrán para no permitirlo. Los chinos tienen razones para todo, cosa que los españoles a veces no, para ser sincero. Pero los chinos, que forman un país serio, como los americanos, hacen las cosas por razones. En España nadie se sienta a pensar por qué o cuáles van a ser las consecuencias a medio y largo plazo de una decisión.

- ¿Cuál fue el leitmotiv del cónsul cuando abrió la oficina?
-Me pareció un desafío profesional y personal, que es casi más importante. Era un país que yo conocía, al que había venido muchas veces. El consulado funciona muy bien y hoy ya podemos hablar de que hay una cierta referencia de España en Guangzhou, la tercera metrópoli más importante del país y uno de las más importantes del mundo. Ahora hay que construir en el ámbito comercial, pero también en el ámbito educativo, donde hay enormes posibilidades y en los que el idioma y la cultura española se desarrollan muchas veces por la enorme fuerza que tiene en el mundo. Esta ha sido una de las facetas a la que yo más me he dedicado, y aunque tenemos muy poco presupuesto para promocionar nuestra lengua, los departamentos de español que se inauguran en universidades chinas son innumerables. He visitado muchísimas instituciones educativas en estos dos últimos años, me han pedido profesores y hemos encontrado puestos de trabajo para españoles. El idioma español es como el aceite o el vino, un activo muy importante de nuestro país, si no que se lo pregunten a los británicos: ¿qué porcentaje del PIB del Reino Unido se destina al inglés? Lo mismo le puede pasar a España con el idioma, una industria que puede crecer mucho y donde no se necesitan enormes esfuerzos, pero sí tener las cosas muy claras. Llevamos seis años intentando abrir un Instituto Cervantes en Shanghai sin que hayamos podido convencer a las autoridades chinas al respecto.

- ¿De qué se siente más orgulloso en estos tres años?
-De haber abierto el consulado y de que funcione bien. Y, sobre todo, de la reacción de la comunidad española y de que hayamos podido ayudar a los empresarios que viven aquí, cuya vida no siempre es fácil.

- Siempre habla con mucho sentimiento del empresario español.
-No era consciente de ese mundo. Considero que son gente de una gran valía, de un gran coraje, les tengo un enorme respeto y admiración, porque al fin y al cabo yo soy un funcionario, un diplomático y soy un trapecista con red, pero ellos son trapecistas sin red.

- ¿Se va contento a México?
-Me voy con añoranza. Casi la mitad de mi carrera la he dedicado a Asia, pero como el sistema español no premia mucho la especialización, y quizá es bueno que tampoco la premie, no es una crítica, sino una realidad, no puedo continuar aquí. Dicho lo cual, México es el gran país hispano, la gran cultura hispana. Tengo muchas conexiones familiares y personales allí. Quería ser diplomático español en Latinoamérica, que es una cosa que todos mis compañeros me han dicho que un diplomático debe hacer y era una asignatura pendiente en mis 23 años de carrera. Me voy como segunda jefatura, ministro consejero, es un desafío, una de las embajadas más grandes del mundo y vuelvo al plano político, del análisis político, que es donde mejor me muevo. El plano consular ha sido un paréntesis. Dejo amigo, experiencias, sentimientos en Guangzhou, que ha sido mi ciudad. Dejo Asia después de 10 años viviendo y estudiando este continente.

- ¿Le da más miedo irse a México que cuando vino a China?
-A China vine muy asustado y allí, la embajada está montada. Aquí fue un desafío, me lanzaron en paracaídas, aunque con red, pero aun así, no fue fácil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario