viernes, 30 de septiembre de 2011

De curas y Periodismo

A Diario de Cádiz no le bastaba con el morbo de comunicar que un sacerdote había sido arrestado por robo, sino que también dijo dónde trabajaba, escribió su nombre y mostró su cara, para que el linchamiento psicológico fuera sañudo y para que la familia de este hombre guardara para siempre el 'trofeo' de su hijo o hermano en los anaqueles de la memoria. Un recorte de periódico contaminado. Sin embargo, cuando se trata de políticos sátrapas que amenazan con el yugo de los recortes a los medios de comunicación, la vara de medir cambia. Si desempolváramos los cajones de las redacciones de los periódicos y escribiéramos todas aquellas noticias que se quedaron encerradas tras las paredes de una redacción a cambio de prebendas, este pobre sacerdote no tendría hueco ni para un módulo de publicidad. Y no me olvido de las siglas que esconden los nombres de asesinos y traficantes, libres de notoriedad, escudados tras la ley de protección de datos. A José le ha pasado lo mismo que a Jesucristo, que sin un juicio imparcial se le condenó a crucifixión y todos (incluidos colegas de profesión) le vitorearon en el camino hacia el Monte del Calvario. Porque es cura. A los periodistas, el foco del morbo nos deslumbra en nuestra misión de cumplir con una de las leyes orgánicas de nuestra profesión: hacer justicia a la realidad. Cualquiera es capaz de escribir al dictado del dinero; de ahí que los intrusos lleguen a las redacciones de los periódicos impunemente, de ahí que parte del Periodismo esté podrido de gente acomodada, sin valientes capaces de ser asertivos, decir que no, y trabajar por contar cosas interesantes.

2 comentarios:

  1. Bravo y mil veces bravo, Luis. Asco de hipocresía. Esta vez, firmo el comentario.
    Teresa Rovayo

    ResponderEliminar
  2. Tienes muchisima razon Luis. El periodismo ya no sabe que decir ante estas situaciones...

    Saludines, Xavi

    ResponderEliminar