(final de mandato de tres años).
La
entrevista al cónsul saliente de España en el sur de China contiene tres
bloques:
1-
comercial / económico
2-
político
3-
personal / consulado.
A
continuación se presenta un extracto de la entrevista, con titular, entradilla
y un par de preguntas que demuestran el estilo de la noticia.
La
entrevista duró alrededor de una hora y contiene más de 5.000 palabras.
Título:
"El día que en España la
educación tenga tanta importancia como el fútbol, empezaremos a cambiar"
Subtítulo:
Morales critica que ninguna
autoridad española haya venido a China en los últimos años para convencer a una
compañía área china de que abra un puente con España y lo considera
"un asunto prioritario" si de verdad se quiere atraer la inversión
china a nuestro país.
Entradilla: Carlos Morales, primer cónsul de España en el sur de
China, termina después de tres años con el reto de dar a luz el consulado de
España en una demarcación que reúne siete provincias y en la que viven más
personas que en todos los Estados Unidos. En 2009, Guangzhou, la capital de
Cantón, sufría la operación de estética más importante de su historia reciente
para albergar los Juegos Asiáticos del 2010. Las líneas de metro florecían hasta
convertirse hoy en día en unas de las más modernas del mundo, a los edificios
les lavaban la cara hasta que sus fachadas perdieron el aspecto mugriento, las
calzadas se reasfaltaban, las zonas financieras engullían a los laberínticos
barrios y los rascacielos surgían como setas.
Morales tiene la sensación de
haber vivido un cambio en Guangzhou más radical que los tres años que marca el
tiempo de su estancia. Aun así, se va con la pena de ver cómo el asunto de los
derechos humanos conserva la rancia esencia que palpó tras su aterrizaje
"en paracaídas"; asegura sentirse orgulloso de haber ayudado a
decenas de empresarios españoles que, muchas veces, cegados por un oasis en
donde se avista negocio seguro, se topan de bruces con un escenario repleto de
trampas de las que sobreponerse: "Muchos no lo consiguen, pero otros, sí".
Desde que se creó el consulado,
el número de españoles registrados en Cantón se ha triplicado y es que en el
transvase migratorio entre China y España son más los últimos los que hacen las
maletas.
"No me gustan los blogueros,
porque en muchas ocasiones hacen un trabajo amateur y publican textos con falta
de fundamentos que pueden hacer mucho daño, sin embargo, los periodistas son
profesionales en los que confío plenamente", asegura este cónsul de
aspecto joven y lozano que no se muerde la lengua. Nos invita a sentarnos en el
sofá en el que normalmente escucha, como un psicólogo, a los empresarios
españoles, sus hijos aquí. Porque ser cónsul de España en China supone una
tarea más paternal que diplomática.
Citas destacadas:
"Los chinos, que son buenos
comerciantes, ven que los precios del sector inmobiliario siguen bajando y
cuando más bajen y crean que tocan fondo, empezarán a comprar. Zonas como el
centro de Madrid, Barcelona, Mallorca o Ibiza siguen teniendo las viviendas muy
caras".
"La obsesión por la
formación y por el futuro de las nuevas generaciones en países como Corea,
Japón o en China no existe en España".
"El deseo de la prensa
anglosajona es que la economía china fracase".
"Para determinados centros
de poder económicos del mundo, Wall Street Journal o Financial Times, y
representantes del capitalismo liberal e individualista, que un país
oficialmente comunista funcione y que en los últimos 30 años haga posible el
mayor milagro económico de la historia es muy difícil de tragar".
"Venimos de un país con una
de las mayores burbujas inmobiliarias de la historia. No creo que los
dirigentes chinos, que son más listos que los españoles, permitan que esto pase
en China".
"El Hukou (división del
campo y ciudad) es un sistema de apartheid interno, que les ha funcionado para
evitar que las ciudades chinas se convirtieran en grandes metrópolis
tercermundistas como hay en India".
"El chino medio suele ser
muy trabajador y aprende muy rápido y cada vez necesita menos los productos de
occidente y los que necesitan son cada vez de más calidad y de mayor valor
añadido".
"El 80 % de los españoles
asentados aquí son pequeños empresarios que tienen grandes problemas para hacer
entrar un contenedor, que se enfrentan a leyes volátiles, a normas que cambian
sin preaviso, a que sus socios chinos les estafan, a que vayan a los tribunales
y los jueces chinos siempre fallan en contra de ellos...".
"Empresarios españoles
siguen llegando a China, profesionales liberales como arquitectos o diseñadores
siguen llegando y salen adelante, trabajando mucho. Que a lo mejor trabajan lo
mismo en España y salen adelante, pues no lo sé, pero prefieren venir
aquí".
"Me sorprende que un gran
país como China, con dirigentes tan inteligentes y brillantes, porque lo deben
ser para dirigir este país, hagan tan mala política con los derechos
humanos".
"Los chinos tienen razones
para todo, en cambio los españoles a veces actuamos sin saber las
razones".
Extractos de la entrevista, según bloques.
POLÍTICA
- La educación en China, ¿está siguiendo el camino adecuado?
-Hay una cosa que admiro no solo
de los chinos, sino de todas las culturas asiáticas desde que vine aquí la
primera vez en 1996. La educación es uno de los aspectos fundamentales de esta
sociedad. La educación de los hijos es fundamental: la familia, el estado y la
sociedad se vuelcan en la educación. Desgraciadamente, eso no lo he visto en
España. La obsesión por la formación y por el futuro de las nuevas generaciones
en Corea, Japón o en China no existe en España, y no sé si en otros países de Europa
existirá o no. Evidentemente nos sacan ahí una gran ventaja. El día que en
España la educación tenga tanta importancia como el fútbol, quizá empezaremos a
cambiar.
ECONÓMICA
- Dice usted que los chinos son muy trabajadores, ¿qué le diría al
presidente de Mercadona cuando dijo que los españoles deberían trabajar como
los chinos?
-Es muy difícil trabajar como los
chinos. Ellos tienen una ética del trabajo y es una ética que los españoles
hemos tenido, sobre todo la generación de mis padres, la generación de la
posguerra. Pero creo que alguien nos ha vendido en España en los últimos años
que éramos un país rico y que el Estado iba a proveerlo todo. España es un país
que ha funcionado en la medida que la gente trabaja, se esfuerza y se organiza
y sale adelante. No somos Australia, un país con 23 millones de habitantes que
vive en una extensión como toda Europa y que tiene grandes depósitos de uranio y hierro; ni lo somos, ni lo
hemos sido, ni lo seremos nunca. Creo que la gente debe asumir más responsabilidades,
deberes sin renunciar a sus derechos, pero conseguir un equilibrio entre ambos.
Los chinos cada vez exigen más sus derechos, tener un trabajo digno y unas
condiciones dignas con jornadas laborales más reducidas con mayor días de
descanso y mayores salarios, vivir en mejores ciudades, con ciudades más
limpias, tener más oferta de ocio... Pero en fin, no estaría de más aprender un
poco de la ética del trabajo aquí, que no significa copiar, porque somos muy
distintos, con historias y antecedentes muy distintos.
PERSONAL
- Siempre habla con mucho sentimiento del empresario español que viene
a China.
-No era consciente de ese mundo.
Considero que son gente de una gran valía, de un gran coraje, les tengo un
enorme respeto y admiración, porque al fin y al cabo yo soy un funcionario, un
diplomático y soy un trapecista con red, pero ellos son trapecistas sin red.
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